Asignatura: PRAE |
Semana:1 – 5 de
junio |
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Tema: Coronavirus y medio ambiente |
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Objetivo General: Analizar
las consecuencias a corto y largo plazo en el ambiente, generadas por el
impacto del confinamiento por pandemia de covid – 19, a partir de la lectura
de un articulo científico. |
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Actividad a Realizar por el estudiante: Lectura de la guía, y posterior envío
de actividad propuesta. |
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Criterios de Evaluación: Coherencia en la información
presentada en el mapa mental y excelente presentación del mismo. Enviar
a: Jornada mañana: profesor Fritz Navas WhatsApp 3043911178 y profesora Miryam Sierra WhatsApp 3053713928. Jornada tarde: profesora Luz Marina Ramírez WhatsApp 3203535647 o al correo ambientalmisaelpastrana@gmail.com |
El 5 de junio es el día
mundial del medio ambiente, y este año ha sido particular para el mismo debido
al confinamiento al que estamos
sometidos por el Covid- 19. Algunos afirman que esto ha sido un respiro para el
planeta, leamos el siguiente artículo y veamos qué tan buena ha sido y será la pandemia para el ambiente.
Coronavirus y cambio climático: por qué la pandemia no es
realmente tan buena para el medio ambiente
"Ninguna guerra, ninguna recesión, ninguna otra pandemia,
ha tenido un impacto tan dramático en las emisiones de CO2 durante
el último siglo como el que ha logrado el covid-19 en pocos meses",
escribió recientemente Matt McGrath, corresponsal de medio ambiente de la BBC.
Hay menos aviones en los cielos y menos autos en las vías. El
consumo de energía ha bajado. La NASA ha detectado desde el espacio la disminución de gases
contaminantes en la atmósfera.
Los
sismólogos han notado que el planeta incluso está vibrando menos. En las redes
sociales circulan imágenes de aguas que se ven más cristalinas y animales que
ahora pasean felices por las ciudades sin humanos a su alrededor.
La situación, sin embargo, puede que no sea tan alentadora,
según los expertos.
"El covid-19 de ninguna manera tiene un lado positivo para
el medio ambiente", escribió hace unos días Inger Andersen, directora del
programa ambiental de la ONU.
"Los impactos positivos visibles, ya sea la mejora de la
calidad del aire o la reducción de las emisiones de gases de efecto
invernadero, no son más que temporales, ya que se deben a la trágica
desaceleración económica y al sufrimiento
humano", dijo Andersen.
¿Qué alivio está
recibiendo el planeta y qué se puede esperar a medida que la humanidad trate de
volver a la normalidad luego
de la pandemia?
Un respiro histórico
Varios análisis indican que estamos viviendo una caída sin precedentes en
la emisión de CO2, uno de los principales gases contaminantes que causan el
cambio climático.
En los últimos 100 años varias crisis han significado una
disminución de las emisiones de CO2 derivadas del uso del petróleo, gas y
carbón. Así ocurrió durante la epidemia de gripe española, la Gran Depresión y
el fin de la Segunda
Guerra Mundial.
La caída más fuerte, sin embargo, la ha causado el coronavirus
en pocos meses.
La Agencia de Energía Internacional (EIA, por sus siglas en
inglés), estima que en 2020 el mundo usará un 6% menos de energía,
lo que a su vez lleva a una caída de las emisiones de CO2.
Eso equivale a que se deje de utilizar toda la demanda energética de
India, un país industrializado con casi 1.700 millones de habitantes.
La caída global de la demanda de carbón será
de un 8%.
Varios análisis del portal especializado Carbon Brief muestran
que este año las emisiones de CO2 disminuirán entre un 4% y 8%, lo que
representa entre 2.000 y3.000 millones
de toneladas menos de este gas en la atmósfera.
“Esto es un shock histórico para
todo el mundo energético”, dice Fatih Birol, director de la IEA en un
comunicado.
Cielo y tierra
La mayor caída en las cantidades de CO2 proviene de la
disminución del transporte
terrestre. A nivel global, hasta marzo de 2020 el promedio de
transporte terrestre había disminuido
50% respecto al mismo período de 2019.
El tráfico
aéreo también se ha desplomado. En Europa se han cancelado el 90% de los
vuelos respecto a 2019. En Estados Unidos, cerca del 50% de los aviones se han
quedado en tierra en comparación al año pasado. Las emisiones provenientes de
los aviones, sin embargo, representan solo el 3% del total global, según
explica Robbie Andrew, investigador del Centro Internacional para la
Investigación Climática y Ambiental (Cicero).
“Si bien las reducciones relativas en
el transporte terrestre son menores que las del transporte aéreo, las
reducciones absolutas del terrestre son mucho más
significativas", dice Andrew.
Desde febrero, los satélites de la NASA han detectado caídas de
entre el 20% y el 30% de las emisiones de emisiones de dióxido de nitrógeno en
algunas regiones de países golpeados fuertemente por el coronavirus, como
Italia, China y Estados Unidos.
El dióxido de nitrógeno es un gas nocivo emitido
por motores de vehículos, plantas de energía y complejos industriales.
¿Vamos hacia un planeta
más verde?
En algunos países ya se han comenzado a ver iniciativas en favor del ambiente impulsadas
por el coronavirus.
En París, por ejemplo, se están habilitando 650 km de “ciclovías corona”. En Milán se anunció un ambicioso plan
para reducir el uso de autos y priorizar a peatones y ciclistas, como respuesta
a la crisis causada por el virus.
La crisis
del petróleo también podría impulsar cambios.
“Los precios del petróleo se han desplomado y eso causa un gran
impacto. Hay preguntas legítimas sobre si esa industria alguna vez se recuperará”,
le dice a BBC Mundo Robert Kaufmann, director del programa de energía y medio
ambiente de la Universidad de Boston y especialista en el mercado del petróleo.
“Estamos viendo lo volátil que puede ser el precio de los
combustibles fósiles”, dice Kaufmann.
“Quizás la gente ahora evitará proyectos que dependan del
petróleo preguntándose: ‘ok, el precio está bajo ahora, pero volverá a
subir, ¿vale la pena tomar ese
riesgo?”.
Un dilema complejo
El panorama, sin embargo, es más complejo.
China y EE.UU., las dos superpotencias, han visto cómo la
pandemia destruye
su economía.
Como explica Roger Harrabin, analista de medio ambiente de la
BBC, ambos países están desesperados por
volver a los niveles de producción anteriores al virus, así que sus líderes
pueden pensar que la manera más segura de lograrlo es recurriendo a los viejos
y confiables combustibles fósiles.
Ante ese panorama, los gobiernos enfrentan un dilema complicado,
según Harrabin. “Deben decidir si rescatar a empresas contaminantes y usar ese
rescate como palanca para imponer reformas con un enfoque ambiental, o dejar
que vuelvan al uso
intensivo del carbono como una medida para arreglar la
economía de manera rápida”, dice Harrabin.
En EE.UU., algunas empresas de combustibles fósiles están
decididas a buscar que el gobierno las rescate sin comprometerse con un futuro menos
contaminante. El presidente Trump, además, le ha restado importancia al cambio
climático y ha insistido en ayudar
a las compañías petroleras.
En China, por su parte, durante las tres primeras semanas de
marzo se aprobó la operación de plantas impulsadas por carbón en una cantidad
mayor a lo que se aprobó en todo 2019, según el centro de investigaciones
ambientales Global Energy Monitor (GEM).
Los analistas del GEM dicen que esto
puede ser una señal de los intentos de China de usar nuevas plantas de carbón
como una manera de impulsar la economía
interna después del bajón generado por el coronavirus.
A eso se le suma el billón de dólares que se
estima que China invertirá en la construcción de infraestructuras carboneras en
varios países en vías de desarrollo.
El cálculo entre los analistas es que
a pesar de la pausa que se tomó China para combatir el virus, el nuevo impulso
industrial dejará como saldo una reducción
de solo 1% en la producción de energía este año en ese país.
Respecto a otras fuentes de
contaminación, el Banco Mundial ha alertado sobre algunos países y ciudades que
han relajado las medidas que tienden a desestimular
el uso del plástico.
La ONU, por su parte, afirma que como resultado de la pandemia
habrá un aumento de peligrosos desechos
médicos.
Alivio temporal
El respiro que está viviendo el planeta es temporal, advierten
los expertos.
Para lograr una disminución notable en las cantidades de CO2 en
la atmósfera, se debería lograr una reducción
sostenida del 10% a nivel global en el uso de combustibles
fósiles durante un año, según el Instituto de Oceanografía Scripps de la
Universidad de San Diego, EE.UU.
La NASA advierte que la disminución en las emisiones de gases
como el CO2 necesitaría ocurrir durante un periodo de tiempo largo y sostenido para
que pueda tener un impacto medible en el clima. “Los mayores beneficios que
estamos viendo son de corto
plazo”, dice el profesor Kaufmann. “Cuando la economía reabra
es probable que regresemos a las prácticas
que teníamos antes”, advierte.
Por eso, el efecto del coronavirus en
el planeta depende de las decisiones que se tomen al momento de superar
la crisis sanitaria.
“Cualquier impacto ambiental positivo
que surja de esta aborrecible pandemia debe ser un cambio en nuestros hábitos
de producción y consumo hacia un ambiente más limpio
y ecológico”, dice Andersen de la ONU. Róisín Commane, profesora de
física climática en la Universidad de Columbia, pone de ejemplo lo que ocurre
en Nueva York, la ciudad más
golpeada por el virus a nivel mundial.
Ahí, a pesar de que la ciudad está
confinada, se sigue generando más del 80% de CO2 que se emitía antes de la crisis. Muchas de
estas emisiones vienen de los sistemas de calefacción de los edificios y
de industrias de combustibles fósiles en
los límites de la ciudad. “Creo que da
para pensar el hecho de que cerremos toda la ciudad y logremos
(solo) una reducción del 10% en las emisiones de CO2”, le dijo Commane a la
BBC.
El profesor Kaufmann también cree que hay que hacer esas reflexiones. “La pandemia nos está mostrando formas alternativas de
hacer las cosas” dice. “¿A cuál de ellas nos vamos a adaptar en un mundo
pospandemia?”. “Todo depende de qué
aprenderemos durante la pandemia que nos fuerce a cambiar nuestros
comportamientos”. Kaufmann
hace énfasis en las rutinas personales,
pero Commane añade una visión general. “Necesitamos
un cambio sistemático en
la forma en que se genera y transmite la energía”, dice la profesora.
No hay cura mágica
Aunque los efectos del coronavirus son para muchos más evidentes
en este momento que los de cambio climático, los expertos dicen que por causa
de la pandemia no se debe descuidar el
medio ambiente. "La crisis climática no te dará la oportunidad de quedarte dos meses en casa y
luego volver a la normalidad”, dice Kaufmann. "Cuando la crisis climática
llegue será más
severa... y no la vas a solucionar de la noche a la mañana con
una maravillosa vacuna", añade. “No hay una cura mágica para
el cambio climático”, concluye el profesor.
Recuperado de https://www.bbc.com/mundo/noticias-52596472
Actividad
Elaborar un mapa mental en medio pliego, en el que
presentes el impacto del covid – 19 sobre el ambiente, a corto y largo plazo, e
indicar que enseñanza en cuanto a tu comportamiento y relación con el medio ambiente te ha dejado este
confinamiento.