domingo, 10 de mayo de 2020

Celebración del día del Río Bogotá. Actividad opcional para todos los cursos.

Actividad opcional para todos los cursos.  Celebración del día del Río Bogotá


1. IDENTIFICACIÓN DE LA GUÍA DE APRENDIZAJE
 PRAE 2020
GRADO :Todos


FECHA: mayo 12
TEMA: Día del río Bogotá
Objetivo General: Conmemorar   el día del río Bogotá a través de  una actividad de sensibilización que promueve el cuidado de los ríos.
Actividad a Realizar por el estudiante
Realizar lectura del texto presentado en la guía sobre el río Bogotá
Desarrollar completamente la actividad propuesta en la guía.
Criterios de Evaluación:
Realización  completa de la  actividad planteada en la guía, y enviar fotos de la misma así: Jornada mañana: profesora Miryam Sierra WhatsApp 3053713928  y Fritz  Navas WhatsApp 3043911178 y Jornada tarde: profesora Luz Marina Ramírez WhatsApp 3203535647 o al correoambientalmisaelpastrana@gmail.com  Y Bolnet Reales WhatsApp 3115391341 o al correo losaprendices.100@gmail.com
Enviar a más tardar el 14 de mayo.
Reflexión
Lastimosamente el comportamiento humano, la caza incontrolada, el cambio de ambiente y en los últimos años la contaminación  que los humanos hemos provocado a nuestros ríos estan acabando con nuestras especies endémicas, de cada una de las regiones de este país. Y en especial la de esa especie llamada “capitán de la sabana” que está comprobado siendo una especie endémica, está desapareciendo del río Bogotá, y las pocas que quedan han sufrido transformaciones  drásticas en su desarrollo natural.

Conozca la historia del capitán de la sabana: un pez único del río Bogotá

 Alexander von Humboldt descubrió a este pequeño pez de bigotes, de un poco más de 20 centímetros, con     un cuerpo de color verde oscuro y negro, endémico de la sabana. La contaminación del agua, su traslado forzoso a varias lagunas y la pesca inadecuada, lo tienen al borde de la extinción.

Foto: Universidad Manuela Beltrán.
Desde hace más de 40 años, el pez capitán no ha sido visto en la cuenca alta del río Bogotá



Mientras Alexander von Humboldt recorría la parte alta del río Bogotá, la más fría y repleta de frailejones paramunos, que abarca municipios como Villa pinzón, Chocontá, Suesca, Sesquilé y Guatavita, un pez con bigotes en las heladas aguas del río llamó poderosamente su atención. Corría el año 1805 y ningún extranjero se había percatado antes de su presencia. 
Se trataba de un pequeño bagre bigotón, piel gruesa, sin escamas, con la cabeza aplanada y cinco aletas distribuidas en un lánguido cuerpo de escasos 23 centímetros. Su color era verde oscuro y negro, con algunas pintas amarillas y blancas. Humboldt lo encontró tranquilo, como pasmado en las frías aguas del río que los muiscas habían bautizado como Funza, palabra chibcha que significa el gran varón.

Videos relacionados con el tema:

                                                                                                                                                                                                                               
El expedicionario alemán tuvo una curiosa visión con el pez. Se le pareció al capitán de un barco solitario y abandonado que fluía en total calma por aguas mansas y cristalinas. Humboldt anotó en su diario de viaje el hallazgo y le puso como nombre Eremophilus, palabra que significa amante de la soledad, y mutissi como apellido, en honor a su amigo el botánico José Celestino Mutis.  

  
Los bigotes y colores del cuerpo de este bagre llamaron la atención de Humboldt en sus expediciones por la cuenca alta del río Bogotá.  Foto: Universidad Manuela Beltrán.
                                                                                                                                 
Pero la palabra Eremophilus mutissi no la entendía nadie. Por eso, Humboldt decidió darle un nombre más común para que todos lo entendieran y se lo imaginaran: el pez capitán de la sabana. Lo describió como una comida agradable, un animal consumido principalmente por los pobladores de la capital, en ese tiempo llamada Santa Fe, para la celebración de la cuaresma.

El encuentro de Humboldt con el pez de largos bigotes dejó una huella histórica. Luego de varios estudios, los científicos evidenciaron que este bagre es una especie endémica del río Bogotá, es decir que no habita en ninguna otra parte del planeta. Además, fue la primera especie de pez de agua dulce descrita científicamente en el país.    
                                                                                                       
Empieza su declive

Los reportes Humboldt, de hace 215 años, relataban que el pez capitán vivía tranquilo y en una soledad inamovible en el tramo alto del río Bogotá, un sitio con alturas entre los 2.500 y 3.100 metros sobre el nivel del mar y bajo temperaturas no mayores a los 18 grados centígrados.
En esa época, su única amenaza era el consumo de los habitantes aledaños a las orillas del río Bogotá, un trayecto de aguas cristalinas y puras que dista del panorama de contaminación que hoy lo agobia. Pero esa actividad era insignificante: los pobladores no hacían una pesca depredadora y consideraban al pez como una insignia que debía respetarse. 
Vidal González, un hombre cercano a los 70 años de vida que trabaja como único guardabosque del páramo de Guacheneque en Villa pinzón, donde nace el río Bogotá, recuerda que en su infancia y adolescencia el pez capitán abundaba por las veredas.
“El río Funza era muy caudaloso, lo que permitía que en sus aguas vivieran especies como el pez capitán. Mi mamá me mandaba a pescar con anzuelo, y yo regresaba con varios pescados. Abundaban por la zona. La última vez que lo vi fue hace como 40 años”, recuerda Vidal.
                                                                                                                                                                                                                                                                                                     Según el Programa Nacional para la Conservación del Pez Capitán, estudio publicado hace dos años y elaborado por el Ministerio de Ambiente, la Secretaría de Ambiente de Bogotá, la Universidad Manuela Beltrán, la Universidad Nacional y el Instituto Humboldt, el primer golpe contra el pez fue el traslado forzoso de muchos individuos a otros cuerpos lagunares.
Esa reintroducción inició a mediados del siglo XX, cuando varios peces capitanes fueron sacados del río para trasplantarlos en sitios como las lagunas de Tota, Fúquene y La Cocha (Nariño), y a otros cuerpos de agua fría en Ubaté, Chiquinquirá y Tundaza.

Este forzoso cambio de hogar no tenía la intención de aumentar la cantidad de peces capitanes o repoblar las lagunas. El propósito fue más bien macabro: alimentar a las truchas, una especie introducida y principal fuente de alimentación de los pobladores de estas áreas del país.

“La presencia de especies exóticas como la trucha y la carpa en estas lagunas ha impactado considerablemente las poblaciones del capitán. Su poder reproductivo se ha visto disminuido en los lugares donde se reintrodujo. La trucha, carpa (roja, común y espejo), pez dorado y langostilla, consumen las ovas y alevinos del capitán y le transmiten enfermedades”, cita el Programa Nacional del Pez Capitán.

Más verdugos

En la actualidad no hay estudios poblacionales sobre la cantidad de individuos del pez capitán que sobrevive en la cuenca alta del río Bogotá. El libro rojo de peces de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y la resolución 1912 del Ministerio de Ambiente, lo catalogan como una especie en vulnerabilidad, al encontrarse aún en varios cuerpos lagunares.

Además de su cambio de hogar y servirle de alimento a las truchas, el capitán con bigotes descubierto por Humboldt tiene más verdugos, como la transformación y degradación de su hábitat, la pérdida de cobertura vegetal en las rondas y bosques, la desecación, sedimentación y mal uso del recurso hídrico, y la contaminación del agua del río.

Las aguas que bañan al altiplano Cundiboyacense están cargadas de fósforo, nitrógeno, amoniaco y coliformes, y tienen una alta demanda química de oxígeno, factores que han dejado a este bagre bigotón casi sin alimento. “La mala calidad del agua ha disminuido la fauna que le sirve de alimento el capitán, como crustáceos, moluscos, macro invertebrados acuáticos y larvas de insectos”, cita el estudio.
       
El color verdoso de su cuerpo fue una de las características que le llamó la atención a Humboldt. Foto: Universidad Manuela Beltrán.

                    

Hasta su tamaño ha mermado en los últimos años. Por ejemplo, en los individuos analizados en laguna de Fúquene, los expertos han encontrado peces maduros listos para procrear con 10 centímetros de largo, es decir menos de la mitad de su tamaño promedio.
En la laguna de Pedro Palo, ubicada en las montañas del municipio de Tena, varias de las reservas naturales que hay a su alrededor cuentan con criaderos de peces capitán.


Actividad

Observa los videos sugeridos. Selecciona frases, mensajes, datos importantes o imágenes y en cada uno de los lados del cubo pega o escribe una de ellas.  trata de combinar las selecciones.

Es decir como la figura tiene 6 lados debe seleccionar 6 datos, frases o imágenes.


En el siguiente video te enseñan cómo construir el cubo.


Ilustra sobre figuras geométricas 

1-Copia esta plantilla del  cubo
2-Recorta la plantilla del  cubo con unas tijeras
3 dobla todas las  líneas de la plantilla
4-Pon pegamento en cada una de las  pestañas y pégalas
5- Ahora  coloca color con vinilo. Un color a cada cara.
6-Pega o escribe en cada una de sus caras  una frase, dato importante o imagen, ya seleccionado de la lectura de la historia del capitán de la sabana.
7. Ponle una cuerdita o nailon y cúelgalo en un sitio importante de tu casa.
8. Envía a tu profesor titular las fotos del cubo y de sus seis caras. cada cara con una frase, imagen o idea que te gustó de la lectura o los videos.


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